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Materias primas frente a seguridad: ¿Importa si la criptomoneda es una seguridad?

Intermedio
Cripto
8 de sep de 2023
10 minutos de lectura

Resumen mediante IA

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Resumen detallado

La clasificación de las criptomonedas es un tema muy discutido en el sector de las criptomonedas. Los inversores suelen cuestionar si las criptomonedas deben considerarse materias primas, valores u otra categoría en su conjunto. Este asunto afecta significativamente al estado legal, la tributación y la regulación de los activos digitales, así como a su potencial de adopción e innovación. Esta nota de blog profundizará en el debate en curso entre la clasificación de las materias primas y la seguridad dentro del mundo criptográfico y explorará cómo varias jurisdicciones y autoridades abordan este problema.

Conclusiones clave:

  • Las materias primas son bienes que se pueden negociar en el mercado, mientras que los valores son instrumentos financieros que representan propiedad o deuda.

  • El bitcoin se considera ampliamente un producto básico, mientras que otras criptomonedas pueden considerarse valores, dependiendo de su diseño y distribución.

  • La clasificación de los activos criptográficos afecta a sus derechos legales, obligaciones y riesgos, así como a su potencial de mercado y oportunidades de innovación.

Comprensión de la criptomoneda: ¿Es un producto básico o una seguridad?

Antes de abordar el debate sobre materias primas frente a seguridad, primero debemos definir estos términos. Una mercancía es un bien comercial intercambiable, como materias primas o productos agrícolas. Las materias primas se utilizan a menudo para producir otros bienes y servicios. Algunos ejemplos de productos básicos son el oro, el aceite, el trigo y el café. El comercio de materias primas suele tener lugar en los mercados de futuros, donde se crean contratos para comprar o vender una materia prima a un precio y fecha predeterminados.

Por otro lado, un valor es un instrumento financiero negociable con valor monetario. Representa las reclamaciones sobre los activos del emisor o los flujos de efectivo futuros. Los valores comunes incluyen acciones, bonos, opciones y derivados. Por lo general, se negocian en bolsas o mercados extrabursátiles, donde los compradores y vendedores acuerdan un precio y una cantidad. Los valores están sujetos a diversas leyes y normativas, dependiendo de la jurisdicción.

Clasificar los activos criptográficos como materias primas o valores depende de características específicas, como el propósito, la funcionalidad y la gobernanza. Por ejemplo, las criptomonedas específicas están diseñadas para servir como almacén de valor, medios de intercambio o unidad de cuenta, mientras que otras proporcionan acceso a una red, plataforma o servicio. Algunas criptomonedas están descentralizadas y distribuidas entre muchos nodos, mientras que otras están básicamente centralizadas y controladas por una sola entidad. Del mismo modo, algunas criptomonedas tienen un plan de suministro y emisión fijo, mientras que otras tienen mecanismos de suministro variables o inflacionarios.

Debido a estos factores, diferentes autoridades y jurisdicciones ven y tratan los activos criptográficos de forma diferente. La Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (Commodity Futures Trading Commission, CFTC) de EE. UU. considera que el bitcoin y otras criptomonedas que funcionan como sustitutos de la moneda fiduciaria, se consideran materias primas en virtud de la Ley de Intercambio de Materias Primas (Commodity Exchange Act, CEA). Sin embargo, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) considera que las criptomonedas específicas son valores, de acuerdo con la Ley de Valores de 1933 y la Ley de Bolsa de Valores de 1934. Esto incluye criptomonedas emitidas a través de ofertas iniciales de monedas (ICO) o ventas de tokens, por lo que los inversores esperan recibir un retorno de su inversión de los esfuerzos de otros.

Clasificación del bitcoin: ¿Productos básicos o seguridad?

La primera y más querida criptomoneda del mundo es Bitcoin. Fue creado en 2009 por una persona o personas que se dirigían al seudónimo de Satoshi Nakamoto. Las transacciones seguras y la prevención de doble gasto de Bitcoin (es decir, nadie puede gastar la misma moneda digital al mismo tiempo) dependen de una red de punto a punto (P2P) que utiliza criptografía. La moneda tiene un suministro finito de 21 millones de monedas creadas a través de la minería, un proceso por el cual los ordenadores compiten para resolver problemas matemáticos complejos y ganar recompensas en bitcoins.

La mayoría de las autoridades consideran que el bitcoin es un producto básico (en lugar de un valor) y

jurisdicciones porque no tiene emisor central ni autoridad que controle su creación o distribución. Tampoco confiere ningún derecho de propiedad o de deuda a sus titulares. El bitcoin se creó principalmente como una moneda digital descentralizada en la que los usuarios pueden confiar para pagos o transferencias, sin intermediarios ni censura.

La CFTC ha declarado explícitamente desde 2015 que el bitcoin y otras divisas virtuales son materias primas en virtud del CEA. Esta postura significa que los contratos de futuros y opciones de Bitcoin están sujetos a la supervisión y regulación de la CFTC. La CFTC también ha emprendido acciones de ejecución contra entidades que creen que han participado en fraude o manipulación que involucran Bitcoin u otras monedas virtuales.

La SEC también ha reconocido que Bitcoin no es un valor bajo su jurisdicción. En 2018, el presidente de la SEC, Jay Clayton, dijo: "Las criptomonedas como el bitcoin no son valores, sino tipos de divisas". Sin embargo, también advierte que "solo porque algo sea una moneda no significa que no pueda ser también un valor". Añadió: "Si una criptomoneda o un producto con su valor vinculado a una o más criptomonedas es un valor, se aplican nuestras leyes de valores".

El papel de la SEC en la regulación de criptomonedas

La SEC es el principal regulador de valores en los EE. UU. Su misión es proteger a los inversores, mantener mercados justos y ordenados y facilitar la formación de capital. Tiene autoridad para hacer cumplir las leyes federales de valores y regular la industria de valores, incluidas las bolsas de valores, los corredores, los agentes, los asesores de inversión y las agencias de calificación.

La SEC lleva participando activamente en el cifrado desde 2017, cuando publicó un informe sobre una organización virtual conocida como The DAO que recaudó fondos a través de un ICO en 2016. La SEC concluyó que los tokens de la DAO eran valores en virtud de la Ley de Valores y la Ley de Bolsa de Valores, y que la DAO y sus promotores infringían los requisitos de registro y divulgación de estas leyes. También advirtió que otras ICO o ventas de tokens pueden estar sujetas a las mismas reglas y regulaciones.

Desde entonces, la SEC ha presentado varias acciones de ejecución contra proyectos criptográficos que se cree que han infringido sus leyes de valores. Algunos de ellos incluyen Telegram, Kik, Block.one, Ripple y BitClave. La SEC también ha emitido directrices y declaraciones sobre diversos aspectos de la regulación criptográfica, como el marco para determinar si un activo digital es un valor, la aplicación de la Prueba Howey a los activos criptográficos, los requisitos de registro e informes para los valores criptográficos y las reglas de custodia y negociación para los activos criptográficos.

Algunos observadores de la industria han criticado el enfoque de la SEC para la regulación criptográfica como demasiado restrictivo, poco claro o incoherente, argumentando que la definición de seguridad de la SEC es demasiado amplia y vaga, y reprime la innovación y la competencia en la industria criptográfica. Otros afirman que las acciones de ejecución de la SEC son selectivas y arbitrarias y no proporcionan suficiente orientación o claridad para los emprendedores e inversores en criptomonedas. Y otros sostienen que la jurisdicción de la SEC sobre los activos criptográficos es limitada o cuestionable, y debería diferir a otros reguladores o legisladores.

El impacto de la clasificación en el futuro de la criptomoneda

La clasificación legal de los activos criptográficos como materias primas o valores tiene implicaciones de gran alcance para su regulación, impuestos y potencial de mercado. Las materias primas suelen estar sujetas a normas y reglamentos menos estrictos que los valores, y no están obligados a registrarse con reguladores ni a divulgar información a inversores o al público. 

Además, las materias primas se gravan de manera diferente a los valores, y el impuesto sobre ganancias de capital se aplica cuando las materias primas se venden o intercambian. Por el contrario, los valores están sujetos a normativas más rigurosas y deben registrarse en la SEC u obtener una exención antes de venderse a los inversores. También deben cumplir con diversos requisitos de divulgación y presentación de información a inversores y reguladores, y están sujetos a una mayor supervisión y medidas de cumplimiento. 

Los valores pueden ofrecer más protección y garantía a los inversores que buscan seguridad y transparencia en sus inversiones y se benefician de un mayor reconocimiento por parte de reguladores e instituciones. Por otro lado, las materias primas pueden presentar más liquidez y accesibilidad porque se pueden crear sin registro, fomentando la innovación y la experimentación en el espacio criptográfico. Sin embargo, los valores pueden estar disponibles para más capital institucional y proporcionar más financiación y recursos para proyectos criptográficos, lo que puede fomentar un interés generalizado.

Las implicaciones de la criptomoneda como valor

La distinción entre materias primas y valores tiene implicaciones legales y normativas significativas para aquellos implicados en el mercado criptográfico. Las materias primas, como el oro, el petróleo y el trigo, pueden comercializarse en un mercado. Por el contrario, los valores representan reclamaciones de propiedad o deuda sobre una entidad, incluidas acciones, bonos y derivados. Los valores están sujetos a más regulaciones que las materias primas, con reglas complejas y agencias de supervisión para garantizar la integridad del mercado y proteger a los inversores.

La determinación de si un activo criptográfico es una mercancía o un valor depende de la naturaleza, el diseño y el propósito del activo, los derechos y obligaciones de las partes implicadas y las expectativas de los participantes del mercado. Por ejemplo, Bitcoin, la primera criptomoneda exitosa y más popular, se considera ampliamente como una mercancía porque es un bien digital escaso y fungible que se puede intercambiar por otros bienes y servicios. Sin embargo, algunas criptomonedas, especialmente aquellas emitidas a través de ICO o que otorgan a los titulares ciertos beneficios o privilegios dentro de una red o plataforma, pueden considerarse valores, ya que se asemejan a instrumentos de renta variable o deuda.

Valores criptográficos: Un análisis en profundidad

Los valores criptográficos son una clase única de criptomonedas que poseen características de valores y están sujetas a las leyes y regulaciones de valores. Pueden asumir diferentes formas, como monedas, tokens o acciones, y pueden representar una serie de derechos o reclamaciones como propiedad, participación en los beneficios, voto, acceso o utilidad. Normalmente, los valores criptográficos se emiten a través de ICO u otras plataformas de crowdfunding, por las que los emisores recogen fondos de inversores a cambio de tokens criptográficos que confieren beneficios o derechos específicos.

Sin embargo, los valores criptográficos presentan una serie de desafíos y riesgos tanto para los reguladores como para los inversores. Por un lado, los reguladores luchan por aplicar las leyes y marcos de valores establecidos a los activos criptográficos descentralizados, globales y en constante evolución. Por otro lado, los inversores se enfrentan a incertidumbres y vulnerabilidades al tratar con activos criptográficos que son volátiles, ilíquidos y susceptibles de fraude o manipulación. Como resultado, todas las partes implicadas en valores criptográficos deben tener precaución y llevar a cabo una diligencia debida exhaustiva.

Perspectiva global sobre la regulación de criptomonedas

La regulación de los activos criptográficos varía enormemente entre los diferentes países y jurisdicciones. Algunas naciones adoptan la innovación y adopción de criptomonedas, mientras que otras siguen siendo cautelosas y restrictivas. Algunos han establecido normas y directrices claras y completas para los activos criptográficos, mientras que otros tienen normativas vagas o incoherentes. Ciertos países determinan el estado de cada activo criptográfico a través de un enfoque caso por caso basado en sus características y funciones. Mientras tanto, otros han adoptado un enfoque de cepillo amplio, categorizando la mayoría o todos los activos criptográficos como valores o materias primas.

Países como Suiza, Singapur, Malta, Japón, Canadá y el Reino Unido son conocidos por sus normativas favorables y claras que rigen los activos criptográficos. Estas naciones reconocen los posibles beneficios de la innovación en criptomonedas y han proporcionado claridad normativa y certeza legal para las empresas e inversores en criptomonedas. Por el contrario, países como China, India, Rusia, Irán y Venezuela tienen regulaciones poco claras o desfavorables para los activos criptográficos. Estas naciones han impuesto restricciones o incluso prohibiciones a las actividades criptográficas, lo que conduce a la ambigüedad legal y la incertidumbre para las partes interesadas criptográficas.

En general, el panorama normativo de los activos criptográficos es complejo y está en constante evolución. Las empresas y los inversores deben mantenerse informados y actualizados sobre la regulación de los activos criptográficos en diferentes países y jurisdicciones para garantizar el cumplimiento y mitigar los riesgos.

En resumen

Los activos criptográficos son una categoría de activos digitales diversa y en evolución con diferentes implicaciones para los reguladores, inversores y usuarios, dependiendo de su clasificación como materias primas o valores. La clasificación de los activos criptográficos no siempre es directa o coherente en diferentes jurisdicciones, y puede cambiar con el tiempo a medida que la industria criptográfica se desarrolla y madura. Por lo tanto, todas las partes implicadas en el espacio criptográfico deben mantenerse informadas sobre los últimos eventos y tendencias en la regulación criptográfica. Los inversores deben comprender las jurisdicciones pertinentes y llevar a cabo la diligencia debida al tratar con activos criptográficos.

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